CON EL POETA
SÁNCHEZ OLIVO
Argenis
Méndez Echenique
El pasado día martes 21 se cumplieron
105 años del natalicio del poeta Julio César Sánchez Olivo, quien en muchos
sentidos encarna el sentido de la Apureñidad. Vaya para él nuestro fraternal
recuerdo. Había nacido en Guachara, en el seno del matrimonio compuesto por Don
Teodoro Sánchez Osto y Doña María Josefina Olivo Fuentes de Sánchez. Su niñez y
años juveniles transcurrieron en el medio rural sabanero, entre El Yagual y
Guachara (en “Los Cañitos”), por lo
que se compenetró íntimamente con las duras faenas vaqueras del Apure de su
tiempo. Su poesía se centró telúricamente en la exaltación de la flora, la
fauna, el paisaje y las vivencias de la gente de su querido y recordado “Cajón de Arauca Apureño”. Sánchez Olivo
lo expresaba diciendo: “…si es que
puede llamarse poesía --- es la expresión sincerísima de un coplero sabanero
apureño rebelde, orgulloso de su raza y queredor de su tierra”.
Su rimada canta no lo
desmiente, al tremolarla libremente “por
el rumbo del recuerdo”:
Del alma salen las
coplas
vibrantes de
sentimiento
y por eso alma y
cariño
hay de sobra hasta
en el viento.
En 1977, cuando nuestro poeta
arribó a la edad de 68 años, dedicado en sus últimos tiempos al rescate
del acervo cultural de su pueblo, el “ilustre e integral intelectual venezolano”,
como lo calificó Sánchez Olivo, Efraín Subero ((hijo de la isla de Margarita), le dedicó unos versos, que a continuación
transcribimos:
POEMA CON CUMPLEAÑOS
Para Julio César Sánchez Olivo
I
Julio César, me
aturde la distancia
Que pone un
imposible en el deseo
Que es lo mismo que
hace la fragancia
Que despide la flor
que nunca veo.
II
Julio César,
contigo está el recuerdo
Que rompe en tu
homenaje su alcancía.
Las monedas no son
sino palabras.
Pero es siempre mi
alma una alcancía.
III
Julio César,
tranquila es la querencia
Que te quiere, te
enjuicia y te proclama
De la vida
ejemplar, déjame el leño.
Quédate tu
orgulloso con su llama.
IV
Y no olvides el
filo de la esquina
-su amenaza
terrible es el olvido-
Y no olvides la
rama cuando empina
Su cuerpo grácil
donde mece el nido.
V
Los años no son más
que una palabra
Sesenta y ocho
veces repetida.
El guerrero que
cuenta sus victorias
No repara jamás en
sus heridas.
E. Subero
Caracas,
21/10/1977.
AME.-
23/10/2014
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