17 de diciembre de 2014

Con el Poeta Sánchez Olivo



CON EL POETA SÁNCHEZ OLIVO
Argenis Méndez Echenique

 El pasado día martes 21 se cumplieron 105 años del natalicio del poeta Julio César Sánchez Olivo, quien en muchos sentidos encarna el sentido de la Apureñidad. Vaya para él nuestro fraternal recuerdo. Había nacido en Guachara, en el seno del matrimonio compuesto por Don Teodoro Sánchez Osto y Doña María Josefina Olivo Fuentes de Sánchez. Su niñez y años juveniles transcurrieron en el medio rural sabanero, entre El Yagual y Guachara (en “Los Cañitos”), por lo que se compenetró íntimamente con las duras faenas vaqueras del Apure de su tiempo. Su poesía se centró telúricamente en la exaltación de la flora, la fauna, el paisaje y las vivencias de la gente de su querido y recordado “Cajón de Arauca Apureño”. Sánchez Olivo lo expresaba diciendo: “…si es que puede llamarse poesía --- es la expresión sincerísima de un coplero sabanero apureño rebelde, orgulloso de su raza y queredor de su tierra”.
Su rimada canta no lo desmiente, al tremolarla libremente “por el rumbo del recuerdo”:

Del alma salen las coplas
vibrantes de sentimiento
y por eso alma y cariño
hay de sobra hasta en el viento.

En 1977, cuando nuestro poeta arribó a la edad de 68 años, dedicado en sus últimos tiempos al rescate del  acervo cultural de su pueblo, el “ilustre e integral intelectual venezolano”, como lo calificó Sánchez Olivo, Efraín Subero ((hijo de la isla de Margarita),  le dedicó unos versos, que a continuación transcribimos:
POEMA CON CUMPLEAÑOS
Para Julio César Sánchez Olivo
I
Julio César, me aturde la distancia
Que pone un imposible en el deseo
Que es lo mismo que hace la fragancia
Que despide la flor que nunca veo.

II
Julio César, contigo está el recuerdo
Que rompe en tu homenaje su alcancía.
Las monedas no son sino palabras.
Pero es siempre mi alma una alcancía.

III
Julio César, tranquila es la querencia
Que te quiere, te enjuicia y te proclama
De la vida ejemplar, déjame el leño.
Quédate tu orgulloso con su llama.

IV
Y no olvides el filo de la esquina
-su amenaza terrible es el olvido-
Y no olvides la rama cuando empina
Su cuerpo grácil donde mece el nido.

V
Los años no son más que una palabra
Sesenta y ocho veces repetida.
El guerrero que cuenta sus victorias
No repara jamás en sus heridas.

E. Subero
Caracas, 21/10/1977.



AME.-
23/10/2014

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por Opinar