ALIGHERI
FILIBERTO GONZÁLEZ
(1932 – 2014)
Argenis Méndez Echenique
Biruaca,
29/11/2014.
Siendo hijo de un sastre italiano residenciado en San Fernando (Blás Bruno), no debe extrañarnos que este ilustre personaje llevase el nombre del autor de la Divina Comedia., como predestinándolo a actividades revolucionarias, especialmente las ligadas a las artes plásticas y al bolivarianismo: Alighieri Filiberto González (26/7/1932 – 24/11/2014).
Conocimos primeramente a su hermano
Ítalo, cuando regresamos a nuestro terruño apureño. A Alighieri lo vislumbramos
inicialmente a través de su estatua en la Plaza Bolívar de Biruaca, que sería
inaugurada en la luctuosa fecha del héroe, el 17 de Diciembre de 1972. No asistimos al acto de develación pero
conocemos el discurso pronunciado por el Dr. Pedro Elías Hernández Figueredo
(1918 – 2002), avecindado para ese entonces en su querida “YERBABUENA”, quien acertadamente señaló: “El artista ha concebido y realizado una auténtica estatua pedestre del
Libertador… Un hombre con los pies bien puestos sobre la tierra, dispuesto a
dejar huellas profundas sobre ella, como las dejó, porque dentro de la cabeza
le cabalgaban ideas firmes y claras
sobre a libertad del hombre, la independencia de los pueblos, la soberanía de
las naciones, la libre determinación de las mismas, sin intervenciones
fenicias; contra el colonialismo y especialmente sobre la unidad de todos los
hombres y mujeres del mundo latinoamericano como cuestión fundamental para el
logro de todos los anteriores objetivos…”.
Siempre nos llamó la atención este
monumento por su originalidad y sentido libertario, y así se lo comentamos en
1980 a Don Luis Cubillán Fonseca, para ese entonces funcionario de las Naciones
Unidas que visitaba Apure, con motivo de inspeccionar los monumentos históricos
de la región (Monumento a la Bandera, Nazareno de Achaguas, Brazo de Páez,
Obelisco de Mucuritas…). Este señor Cubillán se lo comentó luego a Rafael
Pineda (Presidente de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, quien
realizaba en ese momento una investigación sobre la imagen estatuaria de Simón
Bolívar, El Libertador, en todo el mundo, con el propósito de publicar un
libro, que se concretó en la obra Las
Estatuas de Simón Bolívar en el Mundo. en 1983, con motivo de la conmemoración del
Bicentenario del Padre de la Patria.
Pineda me escribió (20/01/1983)
solicitando información urgente sobre este Bolívar anti-imperialista perdido en
lo más recóndito del Llano Venezolano, porque deseaba incluirlo en el libro que
estaba por culminar: “Nuestro común amigo
Luis Cubillán Fonseca de Valencia me informó que en los alrededores de San Fernando hay un caserío donde se
encuentra una estatua de Simón Bolívar que, al parecer, no tiene precedente en
su iconografía, pues lo representa montado sobre el globo terráqueo y rompiendo
cadenas… Por eso me dirijo a usted con el ruego de proporcionarme una
fotografía de dicha estatua, la fecha de inauguración que debe estar inscrita
en el pedestal, y el nombre del autor… estoy preparando un libro titulado “Las estatuas de Simón Bolívar en el Mundo”.
Ello me llevó a buscar a Alighieri en su
casa de familia en Biruaca. No lo localicé en ese entonces, pero me entrevisté
con su hija María Teresa, quien me ofreció una amplia información sobre su
padre y la obra que venía realizando (sin ningún apoyo oficial). Prácticamente
un autodidacta que aprendió a trabajar el cemento y las cabillas para darles
forma artística: María Lionza, José Gregorio Hernández, Simón Bolívar, entre
otras. Me acompañó a tomar fotografías del Bolívar sobre el globo terráqueo y a
tomar los datos necesarios para su registro en el libro del crítico Pineda. A
los pocos meses salió publicado el esperado texto, auspiciado por el Centro
Simón Bolívar, de Caracas. Sin embargo,
tuve que esperar tres años para adquirir un ejemplar, el cual mostré a
Aligheri, quien se mostró muy orgulloso de la reseña, puesto que lo proyectaba
a la fama internacional. Solo pude obsequiar un ejemplar del libro de Pineda al
amigo Alighieri en febrero de este año 2014, cuando, en un sencillo acto, se lo
entregué, en presencia del poeta Rómulo Eudoro González. Ya, desde hacía tiempo, la imagen de la
estatua se había convertido en un ícono de Biruaca (quien la vea, estando en
cualquier parte del mundo, puede asegurar con toda certeza que la misma
corresponde a la Plaza Bolívar de esta ciudad apureña).
Por ello dijimos el día del homenaje
póstumo rendido a su memoria en la plaza (de cuerpo presente) que el nombre de
Alighieri desparecería de la memoria de sus amigos, de sus familiares y de los
anales históricos de Apure y de Biruaca el día que sea destruida su obra
escultórica. En 1993, un grupo de personas ignorantes de su simbólico
significado (libertad, anti-imperialismo, soberanía y autodeterminación),
pretendieron destruirla, pero el pueblo supo defender su valioso patrimonio
histórico y allí continúa Bolívar, airoso, empuñando la espada de la
independencia y la autonomía.
En el 2006, el
Instituto de Patrimonio Cultural, adscrito al Ministerio del Poder Popular para
la Cultura, lo incluyó en el inventario de obras que realizó a nivel nacional,
protegiendo legalmente su existencia. Así mismo, la Alcaldía de Biruaca
procedió a declararlo Patrimonio Histórico Municipal.
Este es mi humilde tributo a Alighieri,
con la esperanza de que su obra y mensaje perdure por mucho tiempo y que sus
hijos, nietos y allegados se sientan orgullosos de haber conocido y tratado a
un apureño extraordinario de su talla humana, llena de sueños de redención para
su pueblo.
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