DOS LLANEROS AUTÉNTICOS Y DOS
MANERAS DIFERENTES DE EXPRESARSE. JULIO CÉSAR SÁNCHEZ OLIVO (1908 – 1988)/
JOSÉ NATALIO ESTRADA TORRES
(1901 – 1993).
Julio César Sánchez Olivo nació en el hato ”Chaparralito” (entonces en
jurisdicción de Guachara), propiedad de su familia, el 21 de Octubre de 1908.
Sus padres fueron don Teodoro Sánchez Osto y doña María Olivo Fuentes de
Sánchez. Su formación fue autodidacta, aprendiendo las lecciones que le daba su
propia madre, viuda, en los ratos libres que le dejaba la ruda actividad
llanera. Leyó libros como la Biblia, Don Quijote de la Mancha, el Manual de
Carreño, el Tesoro de la Juventud, la Gramática de Miguel Angel Granados, entre
otros, que le ayudaron a adquirir algunos rudimentos de cultura
universal. Aprendió a improvisar versos y cantar al pie del arpa, a tocar
guitarra y cuatro. Luego en su juventud trabajó ejerciendo funciones administrativas
en oficinas gubernamentales y se hizo un combativo columnista de prensa,
reclamando los conculcados derechos del pueblo, que lo catapultó a la política,
ocupando puestos de relativa importancia a nivel regional, y que le costó ser
víctima de la acción represiva de los esbirros perezjimenistas. Fue encarcelado
y expulsado de su tierra, radicándose por varios años en Valle de la Pascua
(Guárico), tiempo que aprovechó para escribir parte de su obra poética. Había
casado con doña Guillermina Fernández Navas, de una prestigiosa familia
sanfernandina, pero no procreó hijos. Luego, a la caída de la dictadura, actuó
como Senador por el Estado Apure, proponiendo valiosos proyectos de desarrollo
para su región nativa: canalización de los ríos, construcción de carreteras
pavimentadas, política crediticia para los campesinos, reivindicación de los
indígenas... Sus últimos años los dedicó a una laboriosa tarea de rescate de la
historia regional de su pueblo, a través de la prensa, folletos, la radio,
foros y conferencias, que se constituyó en el punto de partida de los actuales
estudios sobre el devenir histórico de Apure. Toda una vida forjada a fuerza de
voluntad y a favor de su pueblo. Falleció en la ciudad de Maracay, el día 22de
Abril de 1988 (sus restos reposan en el viejo cementerio (Jobalito) de
San Fernando de Apure.
La vida de José Natalio Estrada Torres tuvo un devenir diferente a la de
Sánchez Olivo, aún cuando se observará que yendo por senderos diferentes,
confluyen en su interés por Apure, consolidado en un fuerte sentido de
fraternal amistad. Constancia de ello es la famosa carta-poema que le escribe
Sánchez Olivo a José Natalio, fechada en Caracas, el día 5 de Abril de 1965,
donde le habla de la leyenda que recoge la eterna búsqueda de Mayalito a su
amigo Carrao.
José Natalio nació en San Fernando de Apure, el día 31 de Marzo de 1901. Sus
padres, al igual que los de Sánchez Olivo, pertenecían a las clases altas de la
sociedad apureña, fueron: don José Natalio Estrada Utrera y doña Leonor Torres
del Valle de Estrada . Pero José Natalio si tuvo oportunidad de asistir con
regularidad a una escuela y recibir una educación formal.
Estudió en un colegio en los Dos Caminos (Caracas), hasta la edad de catorce
años. Cuando regresó al hato de su padre (La Chiricoa, luego llamado “La
Trinidad de Arauca”), tuvo oportunidad de visualizar el cometa Halley. Continuó
sus estudios en El Viento (frontera con Colombia, hoy Elorza), donde una mata
de “mapora” (araguaney) era el límite fronterizo entre los dos países. Allí
estudió tres años…
Para el año de 1928, don José Natalio estaba estudiando en París, donde
tenía una profesora de italiano, MARÍA RIPARI, con la cual contrajo
matrimonio en Londres y luego viajó a Venezuela. Con ella, procreó tres hijos
(dos varones y una hembra). Más tarde, María, su esposa, compró una casa en
Nueva York, donde su esposo la visitaba cada seis meses; pero antes, en 1920,
él se había trasladado allí para estudiar inglés y comercio, en el Colegio
“Yeastman”, durante tres años, de donde regresó justamente cuando se fundaba el
consulado norteamericano en Venezuela. Aquí, en su país, tradujo la Ley de
Petróleo, del castellano al inglés (1922-1923). De allí salió en la empresa
“Caribbean Petroleum Company”.
En 1924 comenzó a escribir versos, publicando a “María del Llano”, en
Roma en 1928.
Después de deambular por diferentes
partes de Venezuela y del Llano, con
frecuentes incursiones
al extranjero, continuó su producción poética; creándosele la inquietud de
publicar una revista con temas de interés agropecuario, sin descuidar la
promoción de los valores autóctonos llaneros y literarios (“Radar”, fue el
nombre de esta revista). También financió varias publicaciones: el poemario Oro y Nácar, de
su tío Juan Vicente Torres del Valle; el libro histórico y anecdótico Arauca – Arriba,
del poeta camaguanero Carlos Modesto Laya, entre otros. Pero también le dio por
financiar películas: Séptimo Paralelo (documental),
María del Llano y
Llano Adentro, son muestras de
ello. Al final de su vida, habiendo quedado viudo, procreó otro hijo: Picolino.
Falleció en San Fernando de Apure, hacia el año 1993.
SU POESÍA
1- Autoctonismo
(nativista): Telurismo.
2- Autenticidad.
3- Aprecio
por las tradiciones y manifestaciones folclóricas llaneras: el canto, el baile,
la música, los toros coleados, las riñas de gallos.
4- Cosmopolitismo
de Estrada (dominio del castellano, el inglés, el italiano y el francés) con
constantes viajes a Europa y Estados Unidos de Norteamérica no desdicen del
regionalismo de Sánchez Olivo.
5- Universalismo.
6- Modernismo:
la poesía de ambos autores rompe los moldes tradicionales de las expresiones
populares, pero sin dejar de manifestar la esencia llanera.
7- Espíritu
conservacionista de los recursos naturales: Amor a los animales, a la flora, a
los paisajes.
8- Protección
y valoración de la cultura indígena.
9- Religiosidad:
El Cristo de la Sabana, los Santos de Rincón Hondo.
10- Aprovechamiento publicitario
de las nuevas tecnologías audiovisuales: la prensa escrita, el cine y la radio.
San Fernando
de Apure, 20 de Febrero de 2013.
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