25 de octubre de 2014

El Poeta Lazo Martí y Apure



EL POETA LAZO MARTÍ Y APURE


Argenis Méndez Echenique



“…la figura de este lírico venezolano se parece a la del Moisés bíblico, por aquello de que tanto en el uno como en el otro el azar habría de constituir el símbolo de sus destinos” (Mario Torrealba Lossi, 1981)



En este año 2009 estamos los apureños y guariqueños conmemorando varios centenarios. En Apure, los centenarios del nacimiento de Ricardo Archila Medina, ilustre médico venezolano nativo de Elorza, capital del Municipio Rómulo Gallegos (27 de Abril de 1909), y de Julio César Sánchez Olivo, poeta sabanero y cronista de Apure, nativo de Guachara, Municipio Achaguas (21 de Octubre de 1909). Y en Guárico el luctuoso centenario del muy ilustre Francisco Lazo Martí, médico y excelso poeta de la llanura, nativo de Calabozo (14 de Marzo de 1869) y fallecido en Maiquetía (08 de Agosto de 1909). “Con Lazo Martí perdemos uno de los más legítimos y eminentes representantes de nuestra poesía. Sobre su prematuro sepulcro [apenas tenía 40 años de edad], acongojado en actitud élega, llora las bellezas que germinaban en el estro del cantor y que nunca saldrán a la luz del día, el numen de la Patria”, reseñaba la conocida revista caraqueña El Cojo Ilustrado, el 15 de Agosto de ese año 1909.



En esta oportunidad nos referimos al poeta calaboceño y sus vinculaciones con Apure. Existen varias cosas que vinculan al poeta con nuestra tierra, tales como: orígenes familiares, su debut profesional como médico, algunas de sus producciones poéticas. y su actuación en el campo de la política. A continuación hablaremos, someramente, de cada una de ellas.


ORÍGENES FAMILIARES.

Según el Dr. Julio de Armas (1988: 12), el bardo calaboceño era nieto del general de caballería Florencio Jiménez Madrid, prócer de la Independencia Nacional (de los héroes del Paso del Diamante, de Queseras del Medio, del Paso de los Andes, Boyacá e infinidad de combates) y nativo de Guayabal, centro poblado guariqueño cercano a San Fernando de Apure (a 12 kilómetros de distancia). El general Jiménez procreó un hijo, llamado Francisco, en la dama calaboceña Matías Lazo de la Vega. Y Francisco (“Pancho”) Martí de la Vega casa con su paisana Margarita Martí, de cuya unión nació el niño bautizado con el nombre de FRANCISCO FLORENCIO LAZO MARTÍ, nuestro admirado bardo llanero, según la autorizada opinión del doctor Julio de Armas. Sin embargo, tenemos la información de que el reputado intelectual calaboceño Rafael Loreto Loreto, quien localizó en 1947 la Fe de Bautismo del poeta, afirma que en este documento el nombre que aparece es el de Francisco de las Mercedes (Medina, 1972: 66)..



Pero las vinculaciones familiares, económicas y políticas de Jiménez Madrid eran con Apure, donde dejó otros descendientes, al unirse con la guayabalera Benita Castillo. De esta rama procede, entre otros nietos, el Padre Serafín Cedeño Castillo, primer biógrafo del eminente prócer (1898). El general Jiménez fallece en San Fernando el día 14 de Enero de 1840. La notoria vinculación de la familia con gente del suroeste del Guárico con Apure nos lleva a vincular la progenie del General Jiménez con nuestra tierra. Más si manejamos el concepto de “región histórica”, que va más allá de las fronteras político-administrativas.


El hoy Municipio Miranda (que incluía Camaguán y Guayabal) llevó el nombre de este ilustre prohombre desde el año 1872 hasta comienzos del siglo XX, perdiéndose luego en el olvido.



INICIO DE SU ACTIVIDAD PROFESIONAL

Don Tito Sierra Santamaría, un tachirense radicado en San Juan de los Morros desde los tiempos de la administración gubernamental del general Emilio Arévalo Cedeño (1936), nos informa que el día 21 de Agosto de 1890 le fue otorgado, en Caracas, a Lazo Martí el título de médico cirujano, por la Universidad Central de Venezuela (según Adolfo Rodríguez, los estudios requeridos para ello los realizó en su propia ciudad natal); regresa inmediatamente a Calabozo, donde contrae matrimonio con la señorita Francisca Rodríguez, “Panchita”, la “novia triste”, “en quien el poeta hubo de simbolizar la luz primaveral y el aciago destino del amor”, según palabras de Torrealba Lossi.



La recién desposada tenía parientes en Apure, por lo que, a las pocas semanas, se trasladan a San Fernando, que vive el auge de la explotación y comercio de la pluma de garza,el “oro blanco” de la época. . Allí Lazo Martí instala su consultorio médico. “A pesar de la estrechez monetaria, Lazo Martí ejerce con admirable desinterés. Sólo acepta honorarios a los pudientes, y esto con moderación. En muchos casos regala medicinas y provee el valor del récipe. Sus economías no prosperan. Pero algo vale mucho le va enriqueciendo el espíritu: la unánime gratitud de su pueblo, donde tan humanitaria conducta quedó grabada con caracteres de leyenda franciscana”, según comenta Oscar Sambrano Urdaneta (1953: 18)..



Luego realiza su humanitaria labor en diferentes lugares del Estado, en periplos que lo llevan a Arichuna, San Juan de Payara, Achaguas, Apurito, El Yagual y Guachara. En este último pueblo conoce a Teodoro Sánchez Osto, padre de los hermanos Sánchez Olivo, con quien hizo amistad y pasaba largas temporadas en el hato “Chaparralito”, propiedad de la familia de éste, entre El Yagual y Guachara, según referencia de don Julio César Sánchez Olivo (1909 – 1988), recordando los comentarios que le hacía su madre al respecto..




ALGUNAS COMPOSICIONES POÉTICAS

Lazo Martí escribió infinidad de poemas, todos vinculados al Llano, entre los que destacan la Silva Criolla y sus Crepusculares, que lo hacen descollar a nivel continental en el campo de las letras de todos los tiempos, debido a que su producción lírica se nutrió de diferentes fuentes literarias, desde Virgilio, Garcilaso, Góngora, Bello, Pérez Bonalde, Ganriel Muñoz, Rubén Darío, Baudelaire, entre otros grandes de las letras universales, sin ubicarse en un “ismo” determinado, como bien señala magistralmente Torrealba Lossi. Sin embargo, hay quienes opinan que en Lazo Martí se dio una verdadera integración nativista, debido fundamentalmente al sentido telúrico que se observa en su poesía.



Posiblemente se inspiró Lazo Martí en la naturaleza casi virgen que contactó en su deambular por Apure (él pasó largas temporadas en el hato “Chaparralito”, ubicado entre El Yagual y Guachara, y, también, en los alrededores de Achaguas). Se dice que su célebre Silva Criolla la escribió, entre 1898 y 1901, en la barinesa Ciudad de Nutrias, a poca distancia del gran río llanero, pero sus notas y reminiscencias eran sobre el Apure que conoció como ninguno. En Nutrias fija su residencia (allí existe un pequeño Museo, conocido como 2La Casa de Lazo Martí”) y contrae nupcias con Veturia Velasco, queriendo de esa manera combatir la soledad de su reciente viudez (su primera esposa había fallecido el día 3 de Agosto de 1903, con quien procreó tres hijos).


Por el Rumbo del Recuerdo - Julio César Sánchez Olivo

POR EL RUMBO DEL RECUERDO,  poesía de Julio César Sánchez Olivo. Puede descargar el libro en el siguiente enlace: POR EL RUMBO DEL RECUERDO

El Puente sobre el Río Apure

PUENTE “MARÍA NIEVES” SOBRE EL RÍO APURE
 (Síntesis Cronológica). 
Argenis Méndez Echenique 
 Cronista de Apure. 
San Fernando de Apure,  26/03/2014. 



 I NAVEGACIÓN MARÍTIMA Y FLUVIAL EN VENEZUELA


1) Navegantes Indígenas. El Mar Caribe.
2) Navegantes Europeos. Cristóbal Colón.

II- LA NAVEGACIÓN HISPANA POR EL RÍO ORINOCO Y SUS AFLUENTES LLANEROS
1532 – Diego de Ordaz.
1534 – Alonso de Herrera – Jerónimo de Ortal.
1590 – Antonio de Berrío.

III- EXPLORACIÓN Y NAVEGACIÓN POR EL APURE. 

1538 - Los Welseres. 
1647 – Capitán Miguel de Ochogavia (Crónica de Fray Jacinto de Carvajal). 
1690 – Fray Ildefonso de Zaragoza (misionero capuchino). 
1738 – Fray Salvador de Cádiz (Prefecto de las Misiones Capuchinas de los Llanos de Caracas). 
1787 – Exploración y navegación del río Apure realizada por Don Fernando Miyares, Gobernador y Comandante Militar de la Provincia de Barinas. 
1788 – Fundación de San Fernando de Apure, para frenar el contrabando de los franceses, holandeses e ingleses hacia los Llanos; y la invasión silenciosa que realizaban los terratenientes caraqueños hacia estos vastos territorios pertenecientes a la Provincia de Barinas. 
1800- El sabio alemán Alejandro de Humboldt visita a san Fernando y hace observaciones sobre el río Apure, comentando los peligros de las inundaciones. 
1811 – Viaje del Padre José Cortés de Madariaga, Comisionado del Gobierno Republicano, desde Santa Fe de Bogotá a Caracas, a través de los río llaneros: Meta, Arauca y Apure. 
1818 – Toma de las flecheras en el Paso del Diamante sobre el río Apure (San Fernando de Apure), por el general José Antonio Páez y cincuenta jinetes. 
1848 – Inicio de la navegación a vapor por el Orinoco y sus afluentes. El norteamericano Vespasiano Ellis, que había sido Encargado de Negocios de su país en Venezuela, es beneficiado por el Ejecutivo Nacional con un privilegio, por 22 años, para la navegación, con buques a vapor, por el río Orinoco y sus afluentes. El primer iaje exploratorio hacia el Apure lo realiza Eduardo A. Turpin, capitán del vapor “Venezuela”. La navegación tradicional se realizaba a fuerza de remos y vela, en bongos, canoas y lanchas (“barcos grandes, anchos y llanos, de bajo calado”). 
1892 – Gran Inundación de los ríos llaneros. 
1917 – Construcción de un canal para defender la ciudad de San Fernando contra los embates de las crecidas del río Apure (Gral. Vincencio Pérez Soto). 
1927- Don Rómulo Gallegos conoce al catire Angel María Nieves, “Cabrestero” en el Paso Apure de San Fernando y lo incluye en su novela “Doña Bárbara”. 
1930 – El Ministerio de Obras Públuicas se inician estudios e investigaciones para buscar soluciones al problema de inundaciones del río Apure a la ciudad de San Fernando. 
1932 – La niña Trina Omaira Salerno, de diez años de edad, atraviesa a nado el caudaloso río Apure, de 900 metros de anchos y lleno de caimanes y caribes. 

1945 – Es fundado en Caracas el Comité Pro – Establecimiento de las Vías Fluviales de Apure, siendo nombrado Presidente del mismo, el Dr. Saverio Barbarito Echenique, con el propósito de activar esta vía comunicacional acuática. Todavía no existía la carretera pavimentada de los Llanos Centrales. 
1955 – La navegación por el río Apure, más arriba de San Fernando, queda paralizada para buques de alto calado. 
1960 – El Instituto Nacional de Canalizaciones inicia estudios para reactivar la navegación fluvial y costanera de Venezuela. Presidente: P.I. Aguerrevere. 

 IV- CONSTRUCCIÓN DEL PUENTE SOBRE EL RÍO APURE. 
1958 – El día 3 de Julio, se realiza firma de Convenio entre el Consejo Municipal de San Fernando de Apure (Dr. Pedro Mujica Sánchez) y la Gobernación del Estado Apure (Dr. Humberto Barrios Araujo), con la empresa COINTUCA (Compañía Anónima Construcciones e Inversiones Turísticas), presidida por el Ingeniero Manuel Pérez Marcano, margariteño, para la construcción de un puente sobre el río Apure, por un monto de OCHO MILLONES QUINIENTOS MIL BOLÍVARES, “en los cuales se incluye el costo básico y sus intereses de financiamiento”. En la planificación inicial no se contempla ningún tramo levadizo. 
1960 – Se inicia la construcción del puente, 448 metros de extensión; luego, en Julio de 1959, por recomendación de una comisión técnica oficial evaluadora del puente (integrada por representantes del Ministerio de Obras Públicas, Ministerio de Comunicaciones, Instituto Nacional de Canalizaciones y Colegio de Ingenieros de Venezuela) se reconsideró esta extensión y se recomendó llevarla a 650 metros de longitud: “…considera la Comisión, que aún cuando la navegación comercial haya sido prácticamente suspendida en años recientes, la circunstancia de ser el Apure navegable durante el invierno unida a la posibilidad de acondicionarlo para la navegación de verano, aconseja que el puente disponga de un tramo levadizo hasta no menos de 25 mts. de altura sobre las aguas máximas, además, el tirante de aire no debe ser inferior de 10 mts. en el tramo levadizo”. “La luz de 45 mts. prevista en la obra para el paso de embarcaciones es reducida; la recomendada, de 80 mts. o más, se considera satisfactoria”. 
1962 – El puente sobre el río Apure es bautizado inicialmente como “Puente Unidad” (lo que no debe extrañar, por cuanto estamos en tiempos de la llamada “Ancha Base”: participación de Acción Democrática, Copey y URD en el gobierno)- El Presidente de la Asamblea Legislativa, Dr. Gustavo Silva Pérez, fue el proponente de este nombre, pidiendo al Ejecutivo regional que su administración sea concedida al Concejo Municipal del Distrito San Fernando. El puente es inaugurado el día 1° de Febrero de ese año, por el Ministerio de Obras Públicas, que oficialmente lo llama “Puente Páez”, pero esta denominación no prosperó, debido a que representantes del pueblo del Distrito Páez (Guasdualito) pidieron que el puente sobre el río Sarare, fuese bautizado con ese apelativo. El puente fue denominado entonces “Puente sobre el Río Apure”. 

De la Isla de Guanahananí a El Yagual

De la Isla de Guahananí a El Yagual 
(A la memoria del Maestro Manuel José Castillo Fernández) 

Por: Argenis Méndez Echenique 

En una alborada de hace 522 años arribaron a las costas del continente hoy conocido como América las castellanas carabelas de Cristóbal Colón, con su cargamento de ilusiones y esperanzas para conquistar un utópico Nuevo Mundo que permitiese a los europeos escapar de las garras de un ambiente miserable, oscurantista y caduco, donde imperaba el egoísmo, la hipocresía, la guerra y la explotación del hombre por el hombre. Este hecho, halagador y festivo para quienes llegaban, significó, en cambio, el inicio del vejamen, la explotación y la muerte para los obligados anfitriones nativos. 

Durante cuatrocientos años la Soberbia e Imperial España conmemoró este inesperado suceso, calificándolo de “Descubrimiento de América” (la isla de Cuba duró bajo dominio hispano hasta 1898). Según esta concepción, ellos eran los primeros en llegar a estas tierras, no cayendo en cuenta que quienes los recibieron también eran seres humanos como ellos; y que, por supuesto, habían llegado primero y las habitaban desde tiempo inmemorial. Su mente medieval los llevó a diversas elucubraciones sobre el posible origen de estos entes, calificándolos como “inferiores”; la Iglesia Católica, con poder tanto celestial como terrenal, que compartía con los reyes de Castilla y Aragón, tuvo que dictaminar, a mediados del siglo XVI, que también ellos eran gente, con igual capacidad de raciocinio, sentimientos y emociones. Eran y son tan humanos como cualquier otra persona. 

Pero la ambición de poder, de mando y bienes materiales pudo más que cualquier humanitarismo cristiano y el sometimiento (tanto del aborigen americano como del importado africano) continuó su curso de este lado del océano, bajo la férrea mano del esclavista hispano. Una larga estela de luchas contra el opresor marcó el camino hacia la libertad; en Venezuela, con banderas de diferentes colores étnicos: Guaicaipuro, Miguel de Buría, Chirino, Gual y España, Miranda, Bolívar… “¿Acaso -dice Simón Libertador- trescientos años no bastan…? 

El 5 de julio de 1811 comienza formalmente el proceso de Independencia Nacional, pero es el inicio de una hecatombe de nunca acabar. Se pierde la Primera República, bajo la perfidia mantuana y la cuchilla canaria, y la Segunda perece bajo los cascos llaneros de Boves. Desaparece la Patria con la llegada del Pacificador Morillo y los restos de las fuerzas republicanas se refugian en las soledades de Casanare y Apure. Aquí renace la libertad, enristrando la lanza en el potente brazo de los centauros de la pampa llanera. El motín de La Trinidad de Orichuna dio su fruto y el valiente Páez es puesto a la cabeza del Ejército Libertador de los Llanos, por encima de oficiales de mayor jerarquía que la suya, pero que le reconocían su valor y pericia. La astucia, el carisma y destreza del caudillo se manifestaron en los inmarcesibles laureles conquistados en El Yagual, Mucuritas, Paso del Diamante, Queseras del Medio... Carabobo, Puerto Cabello. 

La Batalla de El Yagual fue crucial para consolidar la jefatura del catire Páez y poder realizar la campaña libertaria de Apure. Del 08 al 11 de Octubre de 1816 se enfrentaron las bien entrenadas y dotadas tropas realistas del coronel Francisco López, Gobernador de la Provincia de Barinas, contra las desarrapadas menadas patriotas. Pudo más la bizarría, el ingenio y audacia de Páez contra todas teorías europeas de la guerra del opresor. 

 Aquí comienza la hegemonía llanera, que conduce al sacrificio en Achaguas del jefe español bajo el alfanje de Negro Primero y el reconocimiento de la suprema autoridad del Libertador en El Yagual, el 30 de Junio de 1817, cuando Páez hace formar sus tropas a orillas del caudaloso Arauca, frente a los coroneles Vicente Parejo y Manuel Manrique, comisionados de Bolívar para recibir el juramento de fidelidad tomado por el Padre Ramón Ignacio Méndez. El corolario de ese reconocimiento llanero fue la entrevista en el hato Cañafístola, entre San Rafael de Atamaica y San Juan de Payara, el 30 de Enero de 1818. 

Parece que el destino le tenía marcadas las cartas al Padre Libertador, pues luego vinieron las victoriosas campañas de Nueva Granada, Carabobo, Ecuador y el Perú, donde en 1824 “el Abel de Colombia” rompió para siempre la opresión hispana iniciada en 1492.
Biruaca, 10/10/2014.

Pedro Camejo, "El Negro Primero", Encarnación Popular de la Libertad

 Pedro Camejo, "El Negro Primero", Encarnación Popular de la Libertad

INTRODUCCION.
Nuestro propósito es desarrollar este tema refiriéndonos a tres momentos históricos, vistos como procesos sucesivos o concatenados entre si, para lograr una concepción global de la situación: el primero, referido a las condiciones sociales y políticas de Venezuela para el momento en que se inició el movimiento de Independencia; el segundo, sobre la vida, personalidad y actuación de Pedro Camejo, “El Negro Primero”; y la tercera, sobre la significación de su participación en el proceso de formación de nuestra nacionalidad y su proyección en el tiempo.
EL PRIMER MOMENTO HISTORICO. Consideramos que su punto de partida estuvo en el 19 de abril de 1810, aún cuando estamos conscientes que este hecho no se dio de la noche a la mañana. Todo hecho social obedece a un proceso.

Sus protagonistas principales fueron los blancos criollos caraqueños, mantuanos, dueños de grandes haciendas y numerosos esclavos; la élite social y económica de la Capitanía General de Venezuela. Ellos querían desplazar del poder político a los blancos peninsulares, representantes de las autoridades reales españolas, sin hacer cambios de ninguna naturaleza. “Toda la generación que proclamó la Independencia había sido educada en aquellas prácticas “propias solo para formar hombres falsos e hipócritas”, capaces de darle a aquel movimiento en los primeros días todos los caracteres de la política italiana en los tiempos del Cuatrocento y del Siglo XVI; política de astucias, de disimulo, de sordas intrigas, de procederes ambiguos, que tenía por únicas miras la absoluta dominación del país, el ejercicio, en virtud de un legítimo derecho, de “la tiranía doméstica activa y dominante” que dijo más tarde el Libertador” Vallenilla Lanz, Laureano (1). Cesarismo Democrático. Caracas, Universidad Santa María/ Centro de Investigaciones Históricas, 1983; p. 36)

Para entender un poco la situación que se vivía en la época colonial, previa a la Independencia, habría que conocer algunas cosas de la estructura social vigente en ese entonces.
Miguel Acosta Saignes (en Acción y Utopía del Hombres de las dificultades. La Habana, Cuba, Premio Casa de las Américas, 1977; p. 151), da los siguientes datos de población venezolana, por “castas”, para 1810:
1- Españoles…………………....12.000
2- Cimarrones…………………..20.000
3- Negros Libres………………..48.000
4- Esclavos………………………60.000
5- Indios………………………...160.000
6- Criollos……………………….200.000
7- Pardos………………………..500.000
TOTAL…………………………1.000.000
Primero, existía un grupo reducido de personas, compuesto por los empleados españoles y criollos de los distintos ramos de la administración colonial; por los hacendados españoles y por el enjambre de pequeños comerciantes, canarios en su mayoría, que eran partidarios fervientes del régimen real debido a que éste era quien había permitido su existencia. Según Juan Uslar Pietri (en Historia de la Rebelión Popular de 1814. 1972: 16 – 17), “Este grupo, por consecuencia lógica, ha de crear el descontento, ha de azuzar, cuando los trágicos días del terremoto, al clero y al fanatismo contra la incipiente independencia; y más tarde, cuando vea todo perdido, recurrirá como medio último y desesperado, a la temida insurrección de las “castas”, armando los negros del Tuy contra los blancos, mantuanos…”

Un segundo grupo integrado por los grandes propietarios y comerciantes ligados a la producción de la entidad colonial. En su mayor parte, con pocas excepciones, era un grupo que deseaba la Independencia, “pero la desea en el fondo, sin derramamientos de sangre, sin escándalos, calladamente” (Ibidem). No querían exteriorizar su descontento porque en general tenían mucho qué perder. Con el beneplácito de este grupo es que se realiza el 19 de Abril, pero es también el grupo que condenó a Miranda cuando éste realizó sus primeras intentonas de liberación. Este grupo “quiere la Independencia sin guerra, y libertad con pueblo esclavo y sumiso” (Ibidem). Este grupo es el que por presión de la Sociedad Patriótica declarará la Independencia el 5 de Julio de 1811, pero también será el mismo que por sus contradicciones internas ocasionará la pérdida de la Primera República y preparará con sus rencillas y complejos de clase el advenimiento de la gran oleada de sangre que fue la rebelión popular de 1814, encabezada por José Tomás Boves.
Muerte del Negro Primero en Carabobo 1821
(Pintura al óleo de Carmen Victoria Moreno, 2003)

Un tercer grupo estuvo constituido por los más fanáticos partidarios de la Independencia: en su mayor parte, jóvenes pertenecientes a la clase media o a la nobleza colonial. Estos últimos, ricos herederos, como los Bolívar o los Ribas, impregnados de la filosofía revolucionaria francesa y llenos de idealismo nacional, a quienes nada les importaba perder posesiones y fortunas con tal de ver una bandera propia ondeando sobre el suelo patrio. Ellos van a ser los fundadores de la libertad. 

Un cuarto y último grupo, que es el pueblo; libres y esclavos, negros y mestizos, formado en un 95% por lo que era llamado despectivamente “las castas”, “el negraje”, aún cuando allí se incluían indios y mestizos. Este grupo estaba sometido por completo a la ignorancia y al aislamiento espiritual más absoluto. No tenían noción de lo que puede ser la patria, la familia o la religión y veían a los blancos con odio por los castigos vejámenes a que éstos los sometían.
Ese era el panorama social y político de Venezuela, lo que llevó a la desintegración de la Primera República, una República Mantuana y Oligarca. La Segunda República fue fundada por un Simón Bolívar que viene triunfando en 1813 desde Cúcuta hasta Caracas, en una fulgurante expedición que ha sido llamada “Campaña Admirable”, pues en apenas seis meses conquistó para la libertad todo el territorio del Occidente Venezolano, mereciendo el glorioso título de “Libertador”, dado inicialmente por Mérida y ratificado luego por Caracas.

Pero todavía el sentido de Patria y Libertad no había calado en las capas sociales populares, por lo que no debe extrañar la avalancha guerrera de los llaneros, pueblo marginal a la sociedad colonial, durante los años terribles de 1813 y 1814, conducidos por la fatídica figura de Boves, dando al traste con el segundo intento de República. Recuérdese que el pueblo llanero era, y lo sigue siendo hoy, un pueblo mestizo; donde el blanco, junto al indio trashumante y al negro cimarrón, dieron origen a ese ente humano que nuestra mitología transformó en “Centauro”. 

Según el historiador José Manuel Restrepo, en su Historia de la Revolución de la República de Colombia (Medellín, Bedout, 1969; t. I, p. 236), se calculaba que para 1808 la población llanera (neogranadina y venezolana) alcanzaba a las 400.000 personas, “gentes de diferentes razas”, a medio civilizar, compuestas de indios, negros, zambos, mulatos y mestizos”, “eran hombres avezados a manejar toros y vacas feroces, a montar potros indómitos (…), despreciaban la muerte y la daban a sangre fría por el más ligero motivo”. Es decir, los llaneros estaban preparados para la guerra.
Hay que establecer diferencias entre estos nuevos personajes y los desposeídos de la vieja sociedad colonial; pues, “que la gente de Boves era algo muy distinto que lo que se estaba forjando en la Colonia lo captaron los mismos coetáneos. Bolívar habría dicho en Caracas en mayo de 1814, “terribles días estamos atravesando, la sangre corre a torrentes: han desaparecido los tres siglos de cultura, de ilustración y de industria”. De alguna manera reconocía el Libertador que los llaneros eran antagónicos de la sociedad occidental que se estaba implantando en América desde 1492. Otro coetáneo, el arzobispo de Caracas, Narciso Coll y Pratt, mientras opinaba que la gente de Boves “formaban ya una tropa que podía ser empleada con utilidad”, reconocía que “Boves obraba independientemente” y “emprendía sus correrías sin estar de acuerdo con los comandantes realistas” (IZARD, Miguel. .”Cimarrones, Cuatreros e Insurgentes”. Tiempo y Espacio. Nº 11. 1989: 50).

Los llaneros no eran esclavos sublevados contra sus amos, sino un pueblo libre, que no estaba acostumbrado a las limitaciones sociales y jurídicas que establecían las reglamentaciones y leyes reales españolas; por lo que de ninguna manera iban someterse fácilmente a la autoridad de los blancos caraqueños o las autoridades españolas.

Cuando los llaneros siguieron a Boves iban tras reivindicaciones socioeconómicas y políticas que, supuestamente, la sociedad colonial les había escamoteado. Con razón Juan Vicente González, uno de más preclaros intelectuales venezolanos del siglo XIX y genuino representante del Partido Conservador, va a catalogar a Boves como el primer demócrata de este país (en Biografía de José Félix Ribas. Caracas, Editorial González González, 1956; p. 206); pues, es el primero en ofrecerle tierras y otros bienes tomados a los patriotas a quienes lo acompañen en su terrible cruzada contra los blancos oligarcas.

Abril: Mes Nefasto Para Los Hombres de Letras



ABRIL HA SIDO NEFASTO EN EL PLANO FÍSICO
PARA LA INMORTALIDAD DE LOS  INTELECTUALES
Por: Argenis Méndez Echenique.
      
 En el mes de Abril de cada año la naturaleza se prepara para su floración primaveral, pero, apartando cualquier concepción supersticiosa,  parece ser una época negativa para la vida de quienes cultivan las letras,  aún cuando muchos de ellos han trascendido a la inmortalidad intelectual . Por lo menos así lo percibimos desde nuestra atalaya apureña, y hemos elaborado una apretada síntesis representativa de tal circunstancia.

       Haciendo una rápida revisión (no exhaustiva, por supuesto), encontramos en nuestra excursión cronológica los siguientes datos: 

       El 23 de Abril de 1616, fallece, en Madrid, MIGUEL DE CERVANTES Y SAAVEDRA, el autor de la piedra angular de la literatura castellana, conocida como Don Quijote de la Mancha; y ese mismo día, mes y año, muere en Londres, WILLIAM SHAKESPEARE, pilar fundamental de las letras anglosajonas (Hamlet, Romeo y Julieta, entre otras). De allí que la UNESCO seleccionara en 1930 esta fecha para conmemorar el Día Internacional del Libro y del Idioma.

       Eso lo decimos para iniciar nuestro periplo necrológico. En épocas más recientes (siglos XX y XXI), y refiriéndonos a nuestro continente, a Venezuela y a Apure, podemos señalar un pequeño muestrario de relevantes figuras de nuestra intelectualidad.

       El 22 de Abril de 1939, falleció en Caracas, el Dr. JOSÉ MANUEL SÁNCHEZ OSTO, autor de la primera (inédita) historia de Apure, producto de su acuciosa investigación en los repositorios documentales caraqueños (Archivo General de la Nación, Archivo Arquidiocesano de Caracas, Academia Nacional de la Historia). Es el epónimo de la Biblioteca Central de la Red de Biblioteca Públicas de Apure.

       El día 04 de Abril de 1969, ocurre el deceso de Don RÓMULO GALLEGOS, inmortalizado en las letras castellanas con su novela Doña Bárbara, que va a catapultar el escenario apureño al primer plano, siendo catalogada la obra como “La Biblia del Llano”.

       El 25 de Abril de 1976, fallece el poeta y humorista caraqueño AQUILES NAZOA, producto de un fatal accidente de tyránsito en la Autopista Regional del Centro (ARC); Aquiles estaba casado con la apureña María Laprea Sifontes, con procreo varios hijos: Atamaica, Claudio.

       El 25 de Abril de 1987 cumple su ciclo vital, en Caracas, el novelista y poeta apureño JOSÉ VICENTE ABREU, autor de numerosas obras (traducidas a varios idiomas), entre las que destacan Se Llamaba SN, Manifiesto de Guasina, Cuatro Letras, Toma mi Lanza barrada de plata,, Palabreus, Camarada Paloma,, entre otras producciones. La Bienal Literaria que se realiza en Apure lleva su nombre: escritores de renombre nacional, como Camilo Balza Donatti, Julio Rafael Silva, Eduardo Mariño, han sido galardonados en la misma.

       El 22 de Abril de 1988, exhala sus últimos suspiros, en Maracay, el excelso poeta y cronista apureño JULIO CÉSAR SÁNCHEZ OLIVO, nativo del legendario Cajón de Arauca, principal fuente de inspiración para sus versos sabaneros:

Aquí estoy llanura mía,
Como siempre, siendo el mismo,
Cantando golpes llaneros
Sin ponerles más aliños
Que la pimienta del alma
De un llanero bien nacido.
Soy hermano del mastranto,
Del turpial y del Cubiro,
Me basta mi propio aroma
Y también mi propio trino…

       En Abril de 1990, falleció en Caracas, ROSITA CESTARI FINAMORE, sempiterna promotora cultural a través de la desaparecida (2013) radioemisora “La Voz de Apure”.

       Y ahora, el pasado jueves 17 de Abril de 2014, se despide de este mundo terrenal el famoso “Gabo”, GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, proyectado a nivel universal a través de sus escritos sobre el mundo real maravilloso latinoamericano, fundamentalmente Cien Años de Soledad, que nos retrotraen a las fantásticas narraciones de nuestro conterráneo Antonio José Torrealba, en su Diario de un Llanero. 

       Así, gente de nuestro Apure estuvo en contacto directo con el “Gabo”; pues cuando en los años 80 del pasado siglo el intelectual  colombiano preparaba su controvertido libro El General en su laberinto (1989), era asiduo contertulio de nuestro ya desaparecido amigo Vinicio Romero Martínez, su esposa Carmen y de la poetisa Solange Vivas de Cimarosti, de la cepa “Vivera” de San Rafael de Atamaica,  prodigándole merecidos homenajes al escritor, como fue reseñado en la prensa nacional de la época. Allí. Vinicio le aclaró a García Márquez que Simón Bolívar no llegó a comer mangos en su niñez ni juventud, como pretendía el escritor, debido a que esta fruta, de origen índico, hoy tan abundante y aclimatada en nuestro medio, no fue introducida en nuestro país hasta los años 40 del siglo XIX, como lo señala Agustín Codazzi.

       Como es de observar  en nuestro corto muestrario, parece ser, repetimos, que el mes de Abril es fatídico en el plano físico para los representantes del Mundo de las Letras, aún cuando hayan trascendido su tiempo y espacio.


San Fernando de Apure, 23 de Abril de 2014.

Propuesta del Día del Llanero Apureño


PROPUESTA DE LA SECRETARIA DE CULTURA DEL EJECUTIVO DEL ESTADO APURE AL CIUDADANO CAPITAN (EJ.) JESÚS AGUILARTE GÁMEZ, GOBERNADOR DEL ESTADO APURE, FECHADA EN SAN FERNANDO DE APURE EL DÍA MIÉRCOLES 04 DE AGOSTO DE 2010, SOBRE DECLARAR EL 23 DE MAYO DÍA DEL LLANERO APUREÑ0ALGUNAS REFERENCIAS SOBRE LA ALDEA DE SETENTA.

Atendiendo al propósito de realizar próximamente en San Fernando de Apure una Feria Internacional para exaltar la Llaneridad y promocionar de manera efectiva nuestro Estado en diferentes ámbitos geográficos y culturales regionales, nacionales e internacionales, la Secretaría de Cultura del Ejecutivo, modestamente propone se tomen algunas medidas relacionadas con la publicitación de tan importante evento, considerando su posible institucionalización; una de ellas, podría ser la declaración oficial del Día del Llanero Apureño, mediante un Decreto Ejecutivo.







 Lea el desarrollo de esta propuesta en el siguiente enlace de nuestra página de  Documentos:
 PROPUESTA DEL DIA DEL LLANERO APUREÑO

19 de octubre de 2014

El Cristianismo Apureño

Les ofrecemos este escrito en la sección de Documentos. Siga el enlace: CRISTIANISMO APUREÑO

El Llano de Doña Bárbara




EL LLANO DE DOÑA BÁRBARA
(Aproximación a un estudio histórico - literario de la novela “Doña Bárbara”, de Rómulo Gallegos)

Charla ofrecida en Conversatorio efectuado en el Museo Alberto Arvelo Torrealba, de la Ciudad de Barinas, el jueves 22 de mayo de 2008

Reconozco que el tema es un poco delicado y mucho mi atrevimiento al venir ante ustedes a hablar del mundo vivencial y telúrico de Doña Bárbara. Así que comenzaré mi exposición citando a un eminente intelectual barinés compenetrado con su Llano como lo fue Orlando Araujo, quien en uno de sus trabajos precisa los términos del manejo que hizo Don Rómulo Gallegos del escenario llanero en Doña Bárbara:
Nuevo sentido del paisaje. Hay en Gallegos un nuevo sentido o visión, o colocación del y dentro del paisaje y la naturaleza; en primer lugar, un alejamiento del paisaje virgiliano (Geórgicas) ofrecido en combinaciones de ciudad y campo
(Caracas y sus alrededores de litoral y haciendas). Reinaldo Solar y La Trepadora rinden, todavía, tributo a esa tradición que se rompe en Doña Bárbara, donde el paisaje ya no es naturaleza amansada sino tierra abierta y salvaje. Así el paisaje deja de ser estático marco de romances y costumbres, para incorporarse como factor dinámico de lucha, como personaje.
Se abandona el detallismo nativista y se ofrecen grandesconjuntos o masas narrativas mediante una técnica de selección simbólica” (“Doña Bárbara ante la Crítica”).

De aquí se deduce, que para hablar del Llano de Doña Bárbara es necesario saber que en este tema se deben enfocar varios aspectos: el geohistórico, el sociológico, el psicológico y el literario, entre otros siempre con criterio de globalidad, puedo decir que el Llano es un mundo aparte, diferente. Apure, en mi concepción, lo es, aún dentro del mismo Llano. Siempre he considerado que Apure es un mundo totalmente distinto al resto del Llano y a Venezuela. Su sociedad y su tiempo tienen un ritmo y condiciones de marcha diferentes a las del resto del país, debido a que su geografía, su hábitat y su gente tienen una idiosincrasia muy particular, muy propia.

Sin caer en odiosos etnocentrismos al hablar de la “apureñidad”, debemos decir que es como señalar la identificación de sus habitantes con la región llanera del territorio venezolano conocido como Apure, la tierra de Doña Bárbara y Santos Luzardo. Barbarie y civilización.

¿Qué lo hace diferente?. Su geografía sin cerros, con grandes extensiones de sabanas, cruzadas por caudalosos ríos que discurren de oeste (arriba) a este (abajo) hacia el Orinoco, bordeados de bosques de galería. Con población aborigen nómada, trashumancia impuesta por las estaciones del año.

Los primeros centros urbanos organizados a la manera española fueron conformados con población indígena, por los misioneros religiosos capuchinos andaluces, aportadores de nuevos elementos culturales, reses y caballos, instrumentos musicales de cuerda, cantos y romanceros populares de sus tierras de origen, que amalgamados con los talentos nativos y algunos afroamericanos llegados luego forjaron el joropo, la tonada y el contrapunteo, ayudando a mitigar la soledad y la fatiga de la faena diaria del llanero apureño en un horizonte preñado de infinitud.

Es así como podemos interpretar este proceso sociocultural con las palabras de una calificada antropóloga venezolana contemporánea:

“La identidad cultural de las nuevas sociedades mestizas estuvo determinada,
cualitativa y cuantitativamente, por el carácter específico de la base social
aborigen, por la herencia cultural de cada pueblo. El factor de unidad general
de dichas sociedades radica en el encuadre común: político, administrativo,
económico, religioso, etc., que significó el régimen colonial español” (VARGAS
ARENAS, 1993: 51).

Nuestra historia reseña que existía en la época colonial española laprohibición de penetrar y asentarse en el territorio apureño, sin embargo San Fernando de Apure fue fundada por Don Fernando Miyares en 1788 con doscientos vecinos de origen europeo que residían en sus alrededores (recuérdese la vieja costumbre colonial indiana de “se acata pero no se cumple”). Esto da una idea de la forma como se dio la ocupación de este territorio, que nuestra paisana Yarisma Unda llamaría “espacio de refugio”, para quienes escapaban de la represión real española, sin importar el origen étnico de los fugitivos. Así mismo da idea del proceso de mestizaje que originó al llanero apureño, en apenas un corto lapso de cuarenta años de vida colonial que va de la séptima década del siglo XVIII a 1810.

Es conocido que la irrupción del llanero en la historia venezolana y continental se dio de manera violenta, a lomo de caballos y a punta de lanzas, primero con el implacable Boves, que acabó con la república mantuana de nuestros inicios autonómicos, luego con las heroicidades del catire Páez, que
hicieron posibles las campañas redentoras y libertarias del Gran Bolívar, forjando bizarramente la epopeya de la Patria Grande en su glorioso paso de los Andes, Boyacá, Carabobo, Pichincha, Junín y Ayacucho. Allí estaban en primera fila los apureños. Sin embargo, la consolidación de su personalidad como pueblo se va a ir decantando a través del tiempo, de los vínculos de
identidad, pertenencia y reconocimiento, con alto contenido simbólico, fundamentalmente en el transcurso de los siglos XIX y XX. Historia, tradición y costumbres son el sustento de la apureñidad. Ese es el Llano de Doña Bárbara.

Un estudioso contemporáneo de la realidad llanera, habla de manera bastante objetiva del tema:
“Las formas culturales que encontraron asiento en el Llano antes del advenimiento de la moderna civilización del consumo, aunque diversas entre sí, muestran algo de común, en tanto que ninguna de ellas, incluida la establecida a partir de la conquista española, participa de las actitudes típicas que
caracterizan la relación del hombre contemporáneo con la naturaleza. Por este motivo, unido a otros que ya antes hemos mencionado, el paisaje llanero permaneció básicamente el mismo, sin alteraciones fundamentales, por espacio de cuatro siglos contados a partir de la llegada de los primeros europeos…”(PINTO SAAVEDRA, 2007: 25).

Y más adelante el mismo autor expone: “El paisaje llanero, por siglos ha permanecido sin amo ni señor y el hombre aquí se ha visto abocado a hacer su historia al mismo tiempo que se empeña en dominar una naturaleza áspera y rebelde que, no obstante, le ha dictado ella misma los medios con los cuales imponerse victoriosamente a sus obstáculos” (Ob. Cit.: 76).

Sánchez Osto, uno de nuestros estudiosos más profundos de la idiosincrasia apureña señalaba ((1980: 22): “El poblador de las sabanas a donde se fue el descendiente fusionado del primer ocupante con el vernáculo, tuvo que ser por necesidad es el llanero primitivo diseminado con los primeros vobinos: tipo surgido en un medio hostil, en el seno inclemente de la Zona Tórrida, entre ríos caudalosos, pantanos o rebalses inmensos, o sequías pavorosas según las estaciones, animales feroces, peligros inauditos, productos exuberantes como aquella naturaleza, llegó a ser necesariamente el señor de las llanuras de Venezuela”.

Según el criminólogo venezolano Gómez Grillo (2000: 39): “El Llano supone una subcultura regional. La familia Luzardo - Barquero corresponde a una modalidad subcultural desprendida de aquella […]. El parámetro subcultural es evidente en todo el proceso conductual de los personajes de “Doña Bárbara”. Pero el sabio criminólogo la mira como una verdadera “Subcultura Delictiva”.

Sin embargo, el Maestro Gallegos consideraba, al hablar del Llano de Doña Bárbara, que era como identificaba a Apure, según Adolfo Rodríguez (1979.:6), 

 “El Llano es la tierra de Dios” y -agrega luego que Gallegos en un discurso pronunciado en La Habana en 1949- lo reafirmó enfáticamente: “Tierras del hondo silencio virgen de voz humana, de la soledad profunda, del paisaje majestuoso que se pierde de no ser contemplado… Tierras del Llano infinito donde el grito largo se convierte en copla…”

La descripción del llano apureño que hace el maestro Gallegos es un vivo canto a su naturaleza bravía:
“El Llano enloquece y la locura del hombre de la tierra ancha y
libre es ser llanero siempre. En la guerra buena, esa locura fue
la carga irresistible del pajonal incendiado, en Mucuritas, y el
retozo heroico de Queseras del Medio, en el trabajo: la doma y
el ojeo que no son trabajo sino temeridades; en el descanso: la
llanura en la malicia del “cacho”, en la bellaquería del “pasaje”,
en la melancolía sensual de la copla; en el perezoso abandono:
la tierra inmensa por delante y no andar, el horizonte todo
abierto y no buscar nada; en la amistad: la desconfianza al
principio, y luego la franqueza absoluta; en el odio: la
arremetida impetuosa; en el amor: “primero mi caballo”. ¡La
Llanura siempre!” (2005: 93).

Apure: Evolución Histórica y Socio Cultural

APURE: EVOLUCIÓN HISTÓRICA Y SOCIO–CULTURAL
(Crónica de la Lenta Agonía del Centauro Llanero)

II BIENAL “JOSÉ VICENTE ABREU”. OBRA GANADORA - MENCIÓN CRÓNICA
República Bolivariana de Venezuela Fundación Editorial El Perro y La Rana. Fundación Red Nacional de Escritores y Escritoras Socialistas de Venezuela. Colección BIENALES.
SAN FERNANDO DE APURE
Octubre 2013
“Nuestra historia, nuestra crónica y buena parte de nuestra narrativa se han visto agobiadas por el estruendo de los caballos…”
(Luis Alberto Crespo. El Caballo en la poesía venezolana. 1981).
“…un hombre llanero es donde está depositada la lealtad, la pureza del hombre, buen amigo, el hombre sincero que muere al lado del amigo como es nuestra ley”
(Antonio José Torrealba. Diario de un Llanero. 1987)
“La historia de los hombres y sus ideas es una fuente inagotable de enseñanzas para el hombre moderno, y analizar los múltiples factores y elementos que contribuyeron a configurar el destino de una nación no es dedicarse a un pasatiempo estéril, sino que es participar en la construcción de una identidad nacional liberada de lastres ideológicos que detienen la marcha de los pueblos”.
( Brigitte Bernard. El Mito, una constante entre dos revoluciones…,1979).


ESQUEMA DEL ENSAYO

INTRODUCCIÓN.
LA SOCIEDAD LLANERA APUREÑA A TRAVÉS DEL TIEMPO.

I- La Sociedad Indígena Prehispánica.
II- La Sociedad Llanera Colonial.
III- La Sociedad Llanera Tradicional.
IV- La Sociedad Llanera Comercial.
V- La Sociedad Llanera Consumista.
VI- La Sociedad Llanera y la Revolución Bolivariana y Socialista del Siglo XXI.

CONCLUSIONES.
FUENTES CONSULTADAS.

1- Obras de Referencia.
2- Fuentes Orales.
3- Fuentes Documentales.
4- Fuentes Bibliográficas.
5- Fuentes Hemerográficas.
6- Ponencias en Seminarios, Foros y Simposios.
7- Trabajos para Optar a Grados Académicos.
8- Trabajos de Ascenso Académico.
9- Fuentes Electrónicas.


El ensayo puede leerlo en el siguiente enlace: Apure: Evolución Histórica y Socio Cultural